jueves, 8 de abril de 2010

El regreso de las mini vacaciones: Hamburgo, Lübeck y Bremen

Que bien sienta siempre estos días de semana santa.  En Mallorca disfrutamos del jueves santo hasta el lunes siguiente: un total de 5 días de vacaciones.

Este año tocó Hamburgo, Lubeck y Bremen.  Cada una de las ciudades tiene su propio encanto. 

Hamburgo es una ciudad traviesa, bulliciosa,    Hemos recorrido  el casco antiguo de Hamburgo.  El punto de partida:  la estación central.  Un Kilómetro de tiendas se extendió la tarde del 31 de Marzo frente a nosotras.  Menos mal que cierran a las 20,00 ¡¡¡ aun así dio tiempo de realizar algunas compras.  No se salvó ni una sola tienda con utensilios de repostería, te, azúcar, ect..

Aun así como estuvimos dos días y medio en la ciudad tranquilamente visitamos la Catedral St. Jacobi, la Iglesia St. Petri,  un expectacular Ayuntamiento. Paradita para probar cervecita en la zona del Alsterarkaden, detrás de la galería de arcadas de estilo renacentista que está rodeadas de interesantes y lujosas tiendas y cafés.  Paseo por el parque que rodea el lago Alster, ahí entiendes por qué los Alemanes vienen y quieren a Mallorca, salió un rayo de sol y estaban todos los Hamburguenses en la calle.

No faltó el paso por la calle más famosa de ocio de Alemania: Reeperbahn, es una zona de diversión  sin hora de cierre.  Restaurantes, locales de copas, cabaret, musicales, cines eróticos, sex shops, ja, ja, en la guía la definía como la "milla pecaminosa". Sin dudarlo hay que ir una noche al barrio de St. Pauli para disfrutarlo.

La Entre altos edificios modernos te encuentras las torres de los puentes de St. Pauli de la Iglesia Michel, la Spicherstardt (Ciudad depósito).  Una ciudad llena de canales, con el rio Elba presidiendo la ciudad.  Hamburgo es una ciudad definitivamente bonita y merece la pena ser visitada.  Con dos/tres días puedes ver lo más importante de la ciudad sin prisas.


A una hora de distancia en tren de Hamburgo está la ciudad hanseática de Lubeck, patrimonio cultural mundial de la UNESCO.   Una ciudad llena de hermosas calles comerciales, llena de medievales pasillos.   Entramos or la puerta de Holsten, es como la entrada a un país lleno de hadas, caballeros andantes y damiselas, eso si ¿no está torcida?, y es que a ciertas edades una ya no ve na de na sin las gafas.  Pasando frente a los depósitos de sal   y cruzando el puente de las muñecas llegamos al centro de la ciudad. 

No puedes dejar de visitar la Iglesia de Sant Petri y subir a su torre para ver una panorámica de la ciudad.  A partir de aquí, el ayuntamiento, su mercado,  ahhhh y el dulce pecado típico de la ciudad: el Mazapán.  El café de Niederegger es l Meca para los amantes de este dulce.  Paramos por supuesto a tomar un café, y compartir dos trozos de las asombrosas tartas que llevaban el café.

En la iglesia de Santa María nos esperaba una sorpresa: había un coro de niños ensayando y  me emocionaron, fue uno de mis momentazos en la ciudad, de los que tienes paz y se llena el corazón de alegría.  Pero fueron solo 15 minutos en compañía de mi compañera Carmen, el resto del grupo esperaba para continuar la visita a la ciudad.  Le dedicamos un día a callejear por esta preciosa ciudad, y la lluvia nos echó  de ella para volver a nuestra base: Hamburgo.



Desde Hamburgo nos desplazamos en tren a Bremen, algo más de una hora.  Superó todos los comentarios y expectativas.  Es verdad que se ve apenas en un día, pero un fin de semana allí es altamente recomendable.  Nada más bajar en la estación y cruzar el Wallgraben (un antiguo foso que rodea el centro de la ciudad), entras en la edad media.  Un Molino de Viento holandés que molía harina preside casi la entrada al centro.  Tiene una cafetería por lo que si hace buen tiempo es una delicia sentarse en la terraza y disfrutar del paisaje. 

En el inicio del paseo por la ciudad hay una zona reservada para peatones en la que te encuentras unas estatuas de cerdos, es la Sögestrabe, o traducido la calle de las cerdas.  Aquí habitaban en la edad media loa panaderos, cerveceros y carniceros.  Los cerdos eran conducidos por las mañanas por detrás de la estación principal  y regresaban al atardecer.  Los habitantes tiraban sus basuras a la calle.  Una cena barata y buena para los cerdos, y de paso una forma muy ecológica de recogida de basura.

Siguiendo el paso llegarás a la Plaza del Mercado, allí está la catedral de St. Petri.  Muy cerca el ayuntamiento, que por cierto, cenamos en el restaurante que nos recomendó Pepa justo bajando una escalera en la pared donde veremos a los músicos de Bremen y cenamos de lujo¡

Un icono de la ciudad está a la vuelta de la esquina del ayuntamiento: Los cuatro músicos de bremen.    Parece ser que las patas delanteras del burro brillan porque quien viene a Bremen y tiene un deseo secreto, agarra ambas patas y guarda silencio.  Y si tiene suerte, el deseo se cumple. A ver si tengo suerte ¡¡¡

Saliendo de la plaza del mercado entramos a un pequeño pasillo que conduce a la edad media:  unas calles estrechas que conservan unos edificios que parecen salidos de un cuento.  Allí vivieron los toneleros.  Parece ser que un comerciante allá por el XIX decidió regalar un relieve dorado que da la bienvenida a los huéspedes, representa a San Miguel, el portador de la luz.  Museo de Puala Becker Modersohn, el carrillón de 30 campanas de porcelana de Meissen, visita sobre el Weser, la torre de agua. 

Me encantó las calles de Schonoor, sus cafés, las tiendas de artesanía y esas calles tan estrechas que solo puede pasar una persona por ellas.



Al final me he extendido más de lo que quería, pero que bien lo hemos pasado y que ciudades más bonitas hemos visitado ¡¡¡¡¡   El año que viene...... ¿ Italia ?

PD: he tenido un mono terrible de visitar mis blogs favoritos y hornear algo... tengo un bizcocho de amapola a la naranja horneando  ;-)


8 comentarios:

Amanda dijo...

Qué maravilla!! Que envidia sana, pero envidia...jejeje.
Todo precioso.
Besotes y feliz vuelta a la realidad.

Gabriela, clavo y canela dijo...

Que gusto Tere! que buen paseo te pegaste eh? jeje..
Pues me alegro mucho que hayas descansado y llenado las pilas para continuar aqui con nosotros.
Espero una rebanadita del pan de naranja con amapola ;)
besitos
Gaby

Adrián Gonzálvez dijo...

Leyendo tu entrada me he trasladado por un momento a esas calles medievales,ya estoy deseando poder conocer en persona sitios como Bremen. Genial entrada!!!! (y de extensa, nada de nada).
Un saludo.

Cakemol dijo...

Gracias por el reportaje......que bonito todo y que guapa estás¡¡ Me alegro lo halla pasado tan bien.
Molbesitos

Julia dijo...

Me encanta todo¡ con razón lo habeis pasado genial....un viaje estupendo y se ve muy bonito, ya era hora de que te dejaras ver en alguna foto en tu blog¡ Alguna nueva receta de alli?

Liliana Fuchs dijo...

Qué maravilla de viaje os habéis pegado! Y qué envidia :P Alemania guarda ciudades, pueblos y rincones maravillosos, y a mi me queda muchísimo por visitar. Gracias por compartir vuestras experiencias con nosotros, ha sido un recorrido fantástico.

Por cierto, mi tío es de Bremen, me alegro de que te gustara su tierra :D A ver cuándo puedo ir yo a visitarla.

Un abrazo

dulceshoras dijo...

Qué bonito reportaje nos has hecho! he estado en distintos sitios de Alemania y siempre he vuelto encantada : )

Un saludo y buen finde!

Tere dijo...

Gracias por vuestras notas, lo he pasado realmente bien ¡¡¡